Estos días, los medios de comunicación hemos bombardeado a nuestro público con los problemas deportivos del Real Madrid.
Se ha examinado con lupa si es adecuado el 4-3-3 en partidos de tanta exigencia como los que plantea el Atlético de Madrid, se han hecho concienzudos análisis sobre cómo los blancos perdieron el centro del campo una vez más y las razones que llevaron a ello.
El partidazo de Mandzukic y Griezmann ha centrado gran parte de la atención. Cómo los dos delanteros volvieron locos a Varane y Nacho, por dónde les atacaron y lo mal que respondieron los dos centrales ha sido otro de los temas principales de la semana.
También se ha hablado mucho de las extrañas decisiones de Ancelotti. Por qué contó nuevamente por Khedira, los motivos de que Illarra empezara en el banquillo, la apuesta por Jesé tras el descanso apostando por un 4-2-4 a la desesperada han copado informativos y diarios deportivos.
La urgencia del regreso de Pepe, cómo solucionar los problemas en el medio hasta el regreso de Modric o el debate sobre cómo hacer que el tridente Cristiano-Bale-Benzema se involucre más en el aspecto defensivo han sido protagonistas de las tertulias y los artículos.
Bueno, no. Se ha optado por algo mucho mejor: hablar horas y horas, dedicar artículos y más artículos a la fiesta de Cristiano. A veces me pregunto si eso es lo que realmente el público futbolero reclama o es, simplemente, lo que los periodistas creemos nos va a dar más audiencia/clicks.