
Cristiano y Neymar en el clásico (EFE).
Pasadas ya varias horas de la victoria del Madrid en el clásico, rebajada un poco la euforia, es imposible no pensar en porqué ese equipo está, aun ganando en el Camp Nou, a 7 puntos del Barça y casi descartado en la Liga.
En el feudo azulgrana se vio a Cristiano Ronaldo defender una jugada en área propia, en un duelo insólito con Jordi Alba tras el cual todo el madridismo tuvo que frotarse los ojos. Hasta él se rebajó al nivel del resto de los mortales, el de defender a su par cuando éste ataca. Fue el Madrid un equipo solidario, en el que todos arrimaron el hombro conscientes de lo que estaba en juego. Mucho más que un casi intrascendente partido de Liga.
@SeasonNT, @lagalerna_
Cómo se mira el respeto a la disciplina táctica de ZZ, ahora sí todos trabajan! #HalaMadrid pic.twitter.com/kRx3ch3Hgy— We Wi11ª Be Back!⚽️ (@Johnninho69) 3 de abril de 2016
Por algún motivo, este grupo de jugadores elige los partidos en los que toca bajar al barro y romperse los cuernos, y parece que campos como el del Betis o el Granada, por ejemplo, no están entre ellos. Se ve que ganar una Liga de las últimas 7 (camino de 8) les ha endiosado.
Pero bueno, esto es fútbol y la temporada más mediocre que se recuerda del Real Madrid puede acabar en gran éxito, como comentábamos hace unas semanas con la posibilidad más que real de ganar la Undécima, más viendo lo que pasó ayer en el clásico. En fútbol se pasa de la debacle más absoluta al éxito a una velocidad asombrosa, e igual que Benzema estaba arrastrándose por el Camp Nou ayer y salió como héroe gracias a su golazo, el Madrid puede pasar del desastre anunciado demasiado pronto a volver a tocar la gloria. O no. Lo único claro es que enterrar a este equipo antes del final de temporada fue un error. Que al menos acabe la temporada para que dé comienzo el juicio definitivo.